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Buenos Aires, Argentina
Bandoneón

Me jode confesarlo
Pero la vida es también un bandoneón
Hay quien sostiene que lo toca dios
Pero yo estoy seguro de que es Troilo
Ya que Dios apenas toca el arpa
Y mal .

Mario Benedetti

INSECTÍADA

Pertenecemos a una triste especie de insectos, dominada por el apogeo de las hembras vigorosas, sanguinarias y terriblemente escasas. Por cada una de ellas hay veinte machos débiles y dolientes.Vivimos en fuga constante. Las hembras van tras de nosotros, y nosotros, razones de seguridad, abandonamos todo alimento a sus mandíbulas insaciables.Pero la estación amorosa cambia el orden de las cosas. Ellas despiden irresistible aroma. Y las seguimos enervados hacia una muerte segura. Detrás de cada hembra perfumada hay una hilera de machos suplicantes.El espectáculo se inicia cuando la hembra percibe un número suficiente de candidatos. Uno a uno saltamos sobre ella. Con rápido movimiento esquiva el ataque y despedaza al galán. Cuando está ocupada en devorarlo, se arroja un nuevo aspirante.Y así hasta el final. La unión se consuma con el último superviviente, cuando la hembra, fatigada y relativamente harta, apenas tiene fuerza para decapitar al macho que la cabalga, obsesionado en su goce.Queda adormecida largo tiempo, triunfadora en su campo de mortales despojos. Después cuelga del árbol inmediato un grueso cartucho de huevos. De allí nacerá otra vez la muchedumbre de sus víctimas, con su infalible dotación de verdugos.

Juan José Arreola

PENSÁNDOLO BIEN
Me dicen que debo hacer ejercicios para adelgazar, que alrededor de los 50 son muy peligrosos la grasa y el cigarro, que hay que conservar la figura y dar la batalla al tiempo, a la vejez.Expertos bien intencionados y médicos amigos me recomiendan dietas y sistemas para prolongar la vida unos años más.Lo agradezco de todo corazón, pero me río de tan vanas recetas y tan escaso afán.(La muerte también ríe de todas estas cosas.)La única recomendación que considero seriamente es la de buscar mujer joven para la cama, porque a estas alturas, la juventud sólo puede llegarnos por contagio.
Jaime Sabines