Datos Personales

Mi foto
Buenos Aires, Argentina

Precisamente por que vio que "todo conocimiento humano toma la forma de interpretación", comprendió la importancia de ir contra la interpretación donde sea obvia.
Susan sontag

"Elegir la propia máscara es el primer gesto voluntario humano.
Y es solitario."
Clarice Lispector



Silencio
" Se puede pensar rápidamente en el día que pasó. O en los amigos que pasaron y para siempre se perdieron, pero es inútil huir: el silencio está ahí. Aún el sufrimiento peor, el de la amistad perdida, es sólo fuga. Pues si al principio el silencio parece aguardar una respuesta -cómo ardemos por ser llamados a responder-, pronto se descubre que de ti nada exige, quizás tan sólo tu silencio. Cuántas horas se pierden en la oscuridad suponiendo que el silencio te juzga, como esperamos en vano ser juzgados por Dios. Surgen las justificaciones, trágicas justificaciones forzadas, humildes disculpas hasta la indignidad. Tan suave es para el ser humano mostrar al fin su indignidad y ser perdonado con la justificación de que es un ser humano humillado de nacimiento. Hasta que se descubre que él ni siquiera quiere su indignidad. Él es el silencio. "
Clarice Lispector
Sombra mía

-No seas la sombra mía- (dijo ella mirando por la ventana hacia el río. La sombra miró su contorno y su oscuridad. ¿Cómo podría ser otra cosa?)
-No sé si serías feliz sólo porque yo no fuera tu sombra, dijo la sombra.
-No quiero ser feliz, quiero ser otra.
-Cuando el día llegue seré una sombra nueva, pero de noche soy sombra de tu noche y no puedo ser más oscura.
-Cuando yo era niña, vos eras una sombra niña.
-Cuando yo era una sombra niña no nos decíamos estas cosas.
-¿Adónde ibas cuando yo dormía?
-Me sentaba al lado de tu cama y te veía soñar.
-¿Las sombras no duermen?
-No.
-¿Y ahora, a dónde vas cuando yo duermo?
-Sigo al lado de tu cama.
-¿Por qué no te vas?
-Porque no habría sombra que te acompañe.
Miriam Cairo
Bandoneón

Me jode confesarlo
Pero la vida es también un bandoneón
Hay quien sostiene que lo toca dios
Pero yo estoy seguro de que es Troilo
Ya que Dios apenas toca el arpa
Y mal .

Mario Benedetti

INSECTÍADA

Pertenecemos a una triste especie de insectos, dominada por el apogeo de las hembras vigorosas, sanguinarias y terriblemente escasas. Por cada una de ellas hay veinte machos débiles y dolientes.Vivimos en fuga constante. Las hembras van tras de nosotros, y nosotros, razones de seguridad, abandonamos todo alimento a sus mandíbulas insaciables.Pero la estación amorosa cambia el orden de las cosas. Ellas despiden irresistible aroma. Y las seguimos enervados hacia una muerte segura. Detrás de cada hembra perfumada hay una hilera de machos suplicantes.El espectáculo se inicia cuando la hembra percibe un número suficiente de candidatos. Uno a uno saltamos sobre ella. Con rápido movimiento esquiva el ataque y despedaza al galán. Cuando está ocupada en devorarlo, se arroja un nuevo aspirante.Y así hasta el final. La unión se consuma con el último superviviente, cuando la hembra, fatigada y relativamente harta, apenas tiene fuerza para decapitar al macho que la cabalga, obsesionado en su goce.Queda adormecida largo tiempo, triunfadora en su campo de mortales despojos. Después cuelga del árbol inmediato un grueso cartucho de huevos. De allí nacerá otra vez la muchedumbre de sus víctimas, con su infalible dotación de verdugos.

Juan José Arreola

PENSÁNDOLO BIEN
Me dicen que debo hacer ejercicios para adelgazar, que alrededor de los 50 son muy peligrosos la grasa y el cigarro, que hay que conservar la figura y dar la batalla al tiempo, a la vejez.Expertos bien intencionados y médicos amigos me recomiendan dietas y sistemas para prolongar la vida unos años más.Lo agradezco de todo corazón, pero me río de tan vanas recetas y tan escaso afán.(La muerte también ríe de todas estas cosas.)La única recomendación que considero seriamente es la de buscar mujer joven para la cama, porque a estas alturas, la juventud sólo puede llegarnos por contagio.
Jaime Sabines

Brasileras
Acquaforte
Es media noche. El cabaret despierta. Muchas mujeres, flores y champán. Va a comenzar la eterna y triste fiesta de los que viven al ritmo de un gotán. Cuarenta años de vida me encadenan, blanca la testa, viejo el corazón: hoy puedo ya mirar con mucha pena lo que otros tiempos miré con ilusión. Las pobres milongas, dopadas de besos, me miran extrañas, con curiosidad. Ya no me conocen: estoy solo y viejo, no hay luz en mis ojos... La vida se va...
Juan Carlos Marambio Catán

Negrita yace asustada
la hormiga se le durmió
-Dios ya no quiere que baile...
-me dijo y se sofoco
vamos negrita
baila hasta el fin, hacelo por mi
Los Redondos

Av. Santa fe
De a dos

La Mujer Perfecta
"Reconozco que estoy un poco cansado, pensaba mientras tarareaba esta dulce canción un sol radiante, la gente reposaba en la luz, todo ocurría normalmente transeúntes yo caminando por la calle sin saber a donde, cuando creí escuchar a alguien que me decía algo pero vi que no se le movían los labios me presto una menor atención en ese momento cuando se acerco a mí, de una manera ingenua le pregunte: vos sos mujer, no yo soy croata, croata, croata, croata comenzamos a caminar los dos en el mismo sentido bamboleándonos de una manera elegante tan linda, parecía que yo también era lindo para ella caminábamos caminábamos."
Bersuit Vergarabat

Puntos Luminosos
"Hasta donde su vista pudiera alcanzar, es decir, todo el horizonte visible, la superficie que lo rodeaba, en la que ya no era posible distinguir el agua de las orillas, parecía haberse pulverizado, y la infinitud de partículas que se sacudían antes sus ojos no poseían entre ellos la menos cohesión. Hubiese podido comparar lo que veía a un vestido cubierto de lentejuelas, si no le hubiese parecido recordar que las lentejuelas aparecen cosidas y como encimadas unas a otras casi con la misma disposición que las escamas en el cuerpo de un pescado. Esos puntos luminosos, por el contrario, no formaban ningún cuerpo, sino que eran una infinitud de cuerpos minúsculos, como un cielo estrellado, con la diferencia de que el vacío negro entre los puntos luminosos era una rayita delgadísima, apenas visible, o más bien una finísima circunferencia negra, porque la profusión de puntos luminosos que lo rodeaban transformaban el espacio negro que los envolvía en una circunferencia."
Juan José Saer